La vida sin técnica

La vida sin técnica

La vida de acuerdo al concepto propio con el que la entendemos y basados en el sentido con el que la definimos, representa el medio junto con el fin de todas las cosas esenciales y no esenciales que componen la percepción que tenemos de ella, permitiendo que coaccionen múltiples factores de distinta naturaleza con la finalidad de formar una innumerable cantidad de sistemas sutiles e inteligentes de los cuales los seres humanos no suelen ser conscientes. No obstante la vida es mucho más compleja que un concepto o una percepción, pues se rige por valores superiores que trascienden el conocimiento y el dinamismo material; en otras palabras, escala ideales metafísicos y supranaturales.

El asunto es que todo lo ejecutado, nacido, forjado y decidido en el entorno donde estemos independientemente de su propósito, conllevará a un necesario proceso mental cuyo objetivo será cumplir o satisfacer la meta lógica de la necesidad inmediata. En dicho proceso estructuramos planteamientos, ideas, hipótesis y fundamentamos consecuentemente teorías para racionalizar el por qué y el para qué de las cosas; de dicho modo nos adentramos a profundizar arbitrariamente en el proceso, y en un punto lúgubre y avanzado del mismo continuamos el estudio o abortamos el interés para terminar con una deducción y una posterior decisión.

Entonces entedemos que nuestra inteligencia opera de forma conveniente, próxima y universal; que puede ser influenciada por factores externos (del medio físico) o internos (emocionales), pero que siempre buscará por voluntad natural defenderse y, una vez definido el sentido de la vida, se esforzará en trabajar de forma cabal en dicho fin sin importar el ámbito en el que el individuo se encuentre. 

¿Qué es lo particular en todo ésto? abstraer lo lógico, lo formal y lo correcto sin predefinirlo subjetivamente sino, concibiéndolo o aprendiéndolo al estudiar el objeto en cuestión; es decir, aceptando la verdad únicamente de ser verdad, lo inseguro como algo poco seguro y lo incierto como algo absolutamente falso. 

A este nivel, nos damos cuenta que el hombre puede razonar con libertad o atado a sus conceptos propios. La libertad es el ambiente de lo objetivo, y la esclavitud el medio de las concepciones subjetivas. Dicho esto, elegimos el conocimiento o las creencias, y trazamos un camino de virtud intelectual para entender, inventar e innovar en las ciencias.

Podemos emplear un término general para cada procedimiento, éste es técnica. Sin técnica los resultados de cualquier cosa serían inciertos. Entonces surge un nuevo tema, la forma correcta para desarrollar una técnica y utilizarla. En la vida la técnica está en prácticamente todo y facilita los subprocesos, razón por la que es necesario aprender a definirla, distinguirla y usarla. Tenemos como base la naturaleza de la técnica, que puede cimentarse en métodos, o propiamente en el método científico o filosófico para el entendimiento de las cosas; como primer escalón la definición integral de la técnica, como segundo escalón el empleo, y como tercer y último escalón el resultado. La naturaleza de la técnica no es más que la dependencia que posee de su ámbito; es decir, si la técnica será la misma y tendrá el mismo efecto en un área o en otra. 

El primer escalón trabajará en función de la naturaleza de la técnica y el objetivo de su empleo. El segundo será el uso (que contempla una exigente obediencia y apego a las pautas técnicas) y el tercero el resultado; Es un orden indispensable para observar los detalles más pequeños que pueden presentarse en el proceso técnico; por lo que el análisis de los resultados será de comprensión básica.

A todo esto nos preguntamos ¿Qué sería la vida sin técnica?, indudablemente una incertidumbre; pues gracias a la técnica existen los procesos más complejos y así también los más útiles; de igual modo los más innovadores, creativos y progresistas. La técnica demuestra el nivel de abstracción de la mente, la capacidad inventiva y la capacidad resolutiva.

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